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leonela

Primera.

Los ojos perfectamente delineados (lejos de aquí, leyendo las entrañas de sus labios), la sonrisa ensayada (seca), el motor dando saltos, repitiendo líneas, forzando la memoria (intercalando en silencio la cascada fluida de sus manos, el lunar del cuello, los rayos solares habitando al otro lado).

Segunda.

Apagar el cigarro. Calentar la voz desnuda, repatriar el corazón, traerlo al cuerpo. Intento respirar cerca de mí, pactar conmigo, ser dueña de mi pecho. Me he traído su cuchillo revolviendo mis cenizas, hundiéndose en secreto.

Tercera.

Y lo llevo invisible al escenario.

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