Soy aquí una mansa sombra y tú eres casi todo.
Bajas por las paredes de mi cuarto, reptas
y yo repto y te busco y te encuentro en casi todo.
Debajo de la cama, en los cajones,
en el cenicero. Somos este humo de cigarro
que sale de mí cuando te pienso.
Somos. Y en el bramido del silencio nos llamamos.
Se me está cayendo en mares cada ojo,
se me va a llenar de ti el cementerio.