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Secret

Tenía como 13 la primera vez que me “enamoré”. Él tenía 18, era alcohólico, me veía la cara de mensa y mis papás no me dejaban ni verlo.

Un cigarro

Mi mano derecha juega con un ratón. El ventilador suena en la recámara. Estoy a unos cuantos metros y tengo puesta una chamarra.

Hell

Habito el panal negro el nido enfermo de avispas encendidas la orgía de aguijones la estrella podrida.

don’t ask me why

De chavita yo estaba enamorada de Annie.

Hasta intenté copiarle su look, cosa que -como podrán ver en el thumbnail de este post- no me salió muy bien.

XI

Puedes gritar, hacer que estallen rojos tus cristales bajo la noche abrumadora, manchar de ruido la blandura inútil de la alfombra, mientras entierro obscuridad entre tus piernas, mientras inyecto en tus bondades el dolor que escurre de mi sombra.

el mosquito que zumba cerca de tu oído cuando más te quieres dormir.

una abeja que se posa en el borde de tu vaso de refresco.

darte cuenta de que tu cereal no es extracrujiente: tiene gorgojos.

Dieciséis

Salimos de la carretera para dar vuelta “en u” a la derecha y pasar bajo el puente tras el cual comienza el caserío. Atravesamos un par de cuadras polvorientas,

Me he untado el corazón de gritos nuevos

de hilos escarlata

de puños derretidos

me tiemblan en la tráquea

valses filosos

dientes de león

bajo la falda

amanecí con tortícolis. un dolorcito asqueroso que va del cuello hasta el hombro derecho.

hace tres años me caí de unas escaleras de dos metros de alto mientras

hace unas cuantas noches mi cielito lindo se sentó frente a su laptop mientras yo hacía la cena. para amenizar la espera, se puso a leerme algunos datos curiosos que encontró en google. “Durante el tiempo medio de vida de…

manu chao. zócalo de la ciudad de méxico. 26 de marzo. mucho humo. mucho manu chao. mucha gente, más de cien mil.

en nuestra burbuja reimos, bailamos,

tengo tos. me duele la garganta, me duele el pecho.

me acuesto semi sentada para no ahogarme.

cierro los ojos.

está nublado. bajamos del coche y abrimos la

nuestro tejido
de blandas cadenetas
torpes
agujas en reversa
en el aire
adentro
en el músculo
a la fuerza
revuelto el estambre
la madeja de venas

con el amor más triste hoy te lamí los labios tus labios una de tus armas favoritas tus labios tus estúpidos tus putos labios

me cambias espejitos por cartílagos de noche. te doy mi oro articulado, mis monstruos de jade, mis pétalos de bronce. todo tan sólo por mirarme, por verme

X

Él encontró indicios de color en su mirada, rastros antiguos de vida entre sus grietas.

Y la tomó por una de sus alas y le glaseó a calor de aliento cada vena.

pódale los ojos a la espina a la duda sembrada que se entierra filosamente ciega calladamente estaca

a veces se le olvida que cuelga de sus dientes

como una palabra suicida se balancea sobre un abismo

un poco de opio

“…los cigarrillos en cambio ayudaban a mitigar la soledad de aquellas tardes de sol y tedio que pasaban por entre nuestros huesos lentamente como una

él me preguntó si sería cierto que los perritos son capaces de detectar enfermedades…

y he estado pensando que tal vez por eso blixa insiste tanto en morderme la cabeza

ni adentro de mi arnés de huesos exprimidos, ni en mi vientre de aluvión cargado de implosiones. ni abrazada a este panal abandonado, ni dormida en el murmullo

crema

de flor de calabaza (campbell’s, de lata)
leche alpura
margarina primavera
(en un tazón de plástico anaranjado, oferta de carrefour, 4 tazones

Visitarla
Enhebrarle un párpado a la aguja de mis horas
Abrirle el otro con las uñas
Para encajarle mi sombra a su quejido

Vaciar su cuenca

no sé si es ana maría de nuevo
no sé si es su fantasma

la oí esta noche merodeando cerca de mi cuarto
la oí hace dos rompiendo el pálido silencio

cinco estornudos por minuto. casi sin uñas en los dedos. un par de puntas sangran. diecinueve croquetas eukanuba small breed regadas por el tapete.

– IV

Es humo seco

estática

llovizna

sótanos lentos

derrumbes

postemillas

Mi sexo

serpiente

es muñón

es cieno

es carroña

mi sexo

de escaras ambulantes

– III

Ves

es esta la espina más amable

es esta la penumbra que me canto

la convulsión más lenta

la garra opiácea

dulce

del espanto

Ves?

mis huesos se tropiezan

IX

No halló en él sino horizontes. Sino ganas de quemar todas las lunas. De subirse al carrusel intersticial a la orilla de las horas. De orbitarle la cintura, de macerar su carne bajo el rítmico peso de su sombra.
Lo dejaba coserle entre las piernas mariposas,

tengo

cascabeles sin piedra en una caja

y

tengo

un collar de sed ensortijada

para ponerme en las noches

que nadie mire debajo de mi falda

y

noches

como capas

quise echarme una pestañita como a las 9:30 am, ya que el día anterior fue mi cumpleaños y me desvelé por ir al cine. pese al insomnio que he padecido en todo lo que va del año, dormí profundamente. me…

VIII

Y yo la inhalo escrita en el rojo de su estela.

Le palpo el ampuloso sueño. Le leo el astro dormido en la entrepierna.

Y ronronea.

Se confiesa al oído absolutorio

– I

En mis hombros de eco de tornados.

De mariposas fósiles.

En los aludes siderales de mis manos.

En mis ojos, Serpiente, en mis ojos de estrellas molidas y

VII

Redonda
brillante de llovizna

Hay notas de humo líquido lavándole las manos
mordiéndole las muertes
deshebrándole los pasos

Eva germina

:: :: :: :: :: :: :: 6:35 am. no dormí. estuve atenta para apagar la alarma un minuto antes de que sonara. no quiero convertirme en asesina de relojes despertadores. me voy, se me hace tarde. necesito un ritalín.…

Me voy a la cama. Cierro los ojos. Invoco a mi ángel de la guarda. No viene. Me levanto. Me pongo los lentes. Voy al refrigerador. Saco una bolsa de tamales. Meto uno de rajas con queso al microondas. Me…

no hay luz. decidimos trasladar la pequeña reunión al patio, bajo las nubes que hacen menos obscura la noche. greta se despide, y alex sale con ella

ahora lo que me falta es empezar a mutar.

hoy mientras me vestía descubrí algo enterrado hasta la mitad, en mi brazo derecho. me dejó una diminuta y

expresso -doble- en un vaso de unicel. cuatro cucharadas -soperas- de azúcar.

cómo me gusta quemarme los labios con café. sobre todo en tardes como ésta,

acá

mi boca hija de sonrisas adoptivas

acá mi piel de apariciones

mi tiritar de niña desvestida

allá

tu lengua sigue trabando corazones

acá

revientan perlas

cantar demonios para enmudecer las venas

pisar esquirlas para amputarse del letargo

donarse al frío

al extravío

a la condena

abrir los párpados del miedo

VI

Despierta.

Y no sabe qué ha sido de la flecha que avanzaba incendiando los sensores, ésa que le nació la noche hinchada de cometas, la noche licuada

me he desnudado los párpados hambrientos para sentir el térmico ritmo de mi paso, para decantarme lento, para inventar historias con burbujas que revientan en

¿no les digo? mis neuronas cada día están más desvencijadas. después de que en el lapso de una semana despertara de pronto con heridas,

mi vida es, contra mi voluntad, un escenario improvisado para una protagonista de un jackass sin televisar.

afortunadamente, mi tontería

que conste que si me muero, hoy sí sería de suicidio involuntario. lo escribo para que sepan que, por si acaso, en estos momentos voy a hacer una nota que diga: “no se me culpe de mi muerte” (en caso…

en la madre.

soy de esas personas que bajo presión emocional pierden toda conexión con eso que algunos seres llaman inteligencia. quienes me conocen bien

dicen que el asesino suele volver al lugar donde se coronó como homicida.

y sé que él insiste en encontrar una estela empolvada de mi aliento.

lo sé porque

sin querer queriendo

5 pm. la fila ligeramente “menos pior” que la del martes.

y ahí estaba yo, sin querer queriendo: calcetas de rayas grises y negras, zapatos enormes, falda,

V

Ha comprendido que su verdadero nombre está muy lejos de ser ése que carga.

Eva metamorfosea, deja caer la máscara para lucir el boceto original, aquél que

afuera una cubeta de fríos se derrama

siembra cristales de agua en el gris que gobierna las banquetas

y rompo mis aviones de papel antes de que pueda

es de vacíos el lado más lleno de la cama

y el olor de mis pasos sonámbulos despertó al clavo que soñaba con la sangre

estoy deseando inundarme

vago por paisajes de un gris terco y moho adherido a los falsos plafones de mi cielo. voy tratando de encontrar la pieza de papel que le falta al engranaje. voy buscando el ancestral vino de aliento. septiembre dos mil…

supo teclearme
t
i
e
m
p
o

lo que no sabe es que envejezco más aprisa que mi carne

para él será buscar razones en silencios
para mí pedir una eutanasia cada

agradezco que la noche sea una sábana tan larga

agradezco la mano que sujeta mi cuello con firmeza y las fauces que me inyectan vaho por la oreja

tenía el sol y el caracol mordiéndole la oreja, el pecho amable para recibir mi peso; su cintura escapular era la tregua para descansar la boca en mi subida, en mi descenso. tenía el paso aéreo que lleva a todos…

quiero esconderme de mí
y de los otros
de los otros pegados a mi carne como costras
de mí pegada a mí como una llaga

meterme en el bolsillo pequeño

IV

Media lata de cerveza
Treinta y seis marlboro mentolados
Bacardí blanco y cocacola
Vodka con mandarina
Tegretol hasta acabar media cajita

III

Le he dicho muchas veces que morirse tan seguido es dar a luz un camino infinito de hematomas. Que no hay Dios que ella se invente que le pueda regalar un universo plegable cada día, que el llanto suele ser…

II

No. No empezaré por el principio. Prefiero comenzar diciendo que hoy salió desnuda olisqueando los dolorosos 14 grados de la mañana nocturna.

Desnuda.

le mostré el pulso indefenso de mi sombra

el festival oculto entre los dientes

mi atlántida incolora

le mostré el lago más profundo de mi vientre

la sonrisa giratoria

carba para este amor de tránsito empedrado para esta frontera azul ronca de cardos anestesia para el grito estéril debajo de la colcha para el pezón

empezar por decir

cielo

luna negra

estrella de cáscara enterrada

en el punto derretido de la llaga

en la esquina más vacía

en el ojo que nada en el intento

y qué tienes para darle

si no es el paso roto

si no es la ciega polilla comiendo de tu corazón sangrante

si no es el canto quedo

polifónico

casi imperceptible

de tus ojos

I

La he visto flotar sin piel, despegarse de su olvido y arrancarse con los labios hinchados de esperanza cada astilla, cada lanza enterrada en las curvas más

y la leyó MUtar, y se engrapó los ojos a la noche más lejana para no saberla abierta, para esquivar la amorosa torpeza de sus alas, y la olió golpearse tercamente contra el foco y se tragó las manos para…

es esta la hora ciega de palpar la noche de lamer la grieta la tibia hendidura de tu nombre

entonces

juguemos a escondernos

a mentirnos con las mejores intenciones

tú harás correr el disturbio escarlata de mis dedos

yo aprenderé a fingir que

coserse un antebrazo como se cose el caracol al laberinto como se hilvanan madrugadas al naufragio a fuerza de vaivenes de hilos reventados coser reunir

duerme

y no habrán lunas cavándole la frente

le arroparé con telarañas

con un afónico paraguas

invisible

obediente

le daré el mutismo necesario

no habrá batir

tal vez sea que ya olvidé el lenguaje de las rocas

y prefieren la pedrada

y el minúsculo reflejo

quise que hablaran por mí las ventrílocuas auroras

arrancar
un
vello
erecto
en
la
mañana
disecada

el
hematoma
late
gritos
desde
el
hielo
desde
el
soplo
escarchado
y
la
hondonada
y
el
litúrgico
veneno
congelado

estamos hechos

del nudo del desierto

él es de los que escalan las nubes de los huecos

yo le pertenezco al pétalo del trueno

no se olvida el cacto que florece

Recuerdo cómo me gustaba mirarte en esa esquina. Descamisado tú, el alma sin camisa. Desde la banqueta veía tensarse tu carne magra y ceniza que fue para mí

Insueño 4

Ella. Los largos y azules cabellos se agitan con el viento, ocultando apenas el encausto de su espalda. Suavemente desprende una luna de su pecho,

Insueño 3

Pilares y Heriberto Frías.

The Wire Tapper 09, Cd 1, track 11. Veinticinco rayitas de volumen en el discman.

Es blanco y negro la tarde vacía, mi vestido es rojo.

Insueño 2

Conforme avanzo aparece la escalera. No hay bordes a los lados, no hay paredes. Si miro a través de los peldaños transparentes puedo ver, allá abajo,

Insueño 1

Noche árida alrededor de la fogata. Da un sorbo al café negro y se pone en pie, alisando con sus manos la ropa de manta. Más allá del leve montículo de piedras hay un murmullo que la llama. Un murmullo…

sueños mancos o yo sin completar

:: temblando hay dos metros de vacío en el océano de mi cama hay dos siglos métricos de frío y mis mil ojos abiertos que le llaman temblando los labios de metal probaron el imán de su carnada le aúllan…

sí. enferma, sí. el dolor se convulsiona entre los dientes, y el miedo crea abismos insondables que se comen el puente colgante, abismos con lenguas

leonela

Primera.

Los ojos perfectamente delineados (lejos de aquí, leyendo las entrañas de sus labios), la sonrisa ensayada (seca), el motor dando saltos,

busco tu aliento de ciruela y eutanasia

el arrecife dorado entre tus piernas

lejano todavía

presagio de cometas

no hay lugar en mí

que no te sienta

que no te llame

Si mis pasos se enredan con tu boca y se rompe la burbuja que nos salva a ti de mí y a mí del sol enterrado en tu sombra Si insisto en invocar a los fantasmas y te dedico mi…

Entró por la ventana. Sus dedos de gis, descalzos, caminaron mi nombre en duermevela.

Y me abrió al tránsito lumínico de estelas.

Y me dejé golpear por

lenta
la noche
lenta
vacía
la entrepierna
el músculo afín
la sombra triangular
de la tormenta
duele
la carne
arena
dormida
centellea
tu vientre sagital

2

tejiendo la sequía debajo de mi espalda

a estas horas
sin mí
me acompaña

larva de cencerros que se callan

quiste hueco
kilómetros de escarcha

Soy aquí una mansa sombra y tú eres casi todo. Bajas por las paredes de mi cuarto, reptas y yo repto y te busco y te encuentro en casi todo. Debajo de la cama, en los cajones, en el cenicero.…

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